Un día estaba
con mis hijos en sus clases de fútbol. A Luis Alonso lo pusieron un momento en
el arco para que tapara y cuando terminó me dice: mamá cuando yo estaba en el
arco tenía miedo porque sentía que no soy buen arquero, y comencé a pedirle a Dios y al universo que
por favor nadie venga para así no tener
que enfrentarme pero luego me dije con esto no aprendo y comencé a pedir
de nuevo pero pedí que me dé la capacidad de tapar mejor los goles que me
quieran meter y comencé a sentirme más tranquilo y me decía a mí mismo que sí
podía y poco a poco me calmé y tape varios goles y emocionado me dijo, ¿me
viste mamá?
Yo le dije,
claro que sí hijo y estoy muy orgullosa de ti pues venciste “eso” que sentías y
que solo dejaras de decir que no es un buen arquero sino que más bien está
aprendiendo.
Con pequeños detalles
podemos conseguir que nuestros hijos a pesar de los temores, que muchas veces
nosotros sin querer le hemos inculcado, puedan vencerlos y cuando lo hagan eso
los hará cada vez más seguros.
En la vida a veces nos pasa así no queremos
enfrentar lo que nos da miedo. Y una vez más con la experiencia de mi hijo
confirmo que todo lo que quieras a pesar del miedo puedes lograr siempre y
cuando tengas la convicción que tu palabra y pensamiento tienen poder.
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